La Villa de León no permanecio ajena a los acontecimientos bélicos. Durante los diez años de lucha el mando político pasó del ayuntamiento al comando militar.
En defensa de la villa se tomaron varias medidas; una de ellas fue aislar a la población limitando el numero de accesos a las calles principales que comunicaban a León con villas y pueblos vecinos.
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Además se abrieron pozo o cortaduras en dichas calles para estorbar el paso de los enemigos; también se construyó un baluarte militar en el lado poniente de frente a la loma de la soledad. Era muy peligroso andar por los caminos ya que había muchos asaltantes. La mayoría de los propietarios de fincas y rancho los abandonaron y descuidados cambiando su cultivo a residencia de la villa; algunos murieron cuando no lo hicieron así.
Durante este tiempo el Hospital de San juan de Dios quedó a disposición de los militares para atender a los heridos. Se abrió un primer cementerio ubicado en el "Pirulito" en la parte trasera de la iglesia de la Soledad. Hasta entonces se había dado la sepultura los muertos en los atrios de las iglesias.
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